El lapislázuli abre el tercer ojo y equilibra el chacra de la garganta. Es una piedra que ayuda a liberar rápidamente el estrés, aportando una paz profunda. Posee una enorme serenidad y trae la clave de la realización espiritual. Es una piedra protectora que contacta con los espíritus guardianes. Reconoce el ataque, bloqueándolo y devolviéndolo a su origen. Armoniza los niveles físico, emocional, mental y espiritual, aportando un profundo conocimiento interno cuando están equilibrados. Es un poderoso amplificador del pensamiento, aporta claridad y objetividad. Anima a la creatividad y ayuda a afrontar la verdad. Ideal colocarlo sobre el tercer ojo o sobre la garganta. Debe colocarse también sobre el diafragma o en cualquier lugar entre el esternón y la parte alta de la cabeza para que pueda realizar de una forma correcta su función.